miércoles, 19 de agosto de 2015

NUNCA FUI A CHICLANA


Desde pequeño me habían hablado de Chiclana, de sus alturas y sus cuestas. Y me llamó la atención. Ya de mayor me siguieron hablando y aumentó mi curiosidad.
Pero esas cosas inexplicables que pasan, en las que vas dejando para más adelante, y empiezan a pasar los años y no llega nunca el momento.
Hasta que llegó el 6 de agosto de este 2015, y tocó ver una belleza de pueblo que se encuentra tan solo a 62 kilómetros de Montiel.
Conquistada por Fernando III a los árabes en 1226 se creó la Encomienda de Montizón-Chiclana de la Orden de Santiago, siendo esta la quinta en importancia de las 11 que conformaron el Campo de Montiel.
Vinculada por tanto al Campo de Montiel, aún hablando con sus gentes, se percibe que los lazos con el territorio siguen vivos, a pesar de pertenecer a la provincia de Jaén a partir de la nueva división de Javier de Burgos de 1833.
Una cercanía física que se mantiene, y unos lazos que se van perdiendo por ese afán nuestro de vivir mirando al norte.
Animo desde aquí a recorrer esos pocos kilómetros y disfrutar de este maravilloso pueblo, perdiéndose por sus estrechas calles y visitando la iglesia de San Pedro, Casa de la Inquisición, Castillo, Trascastillo y su plaza Mayor, o sentarse en las terrazas del paseo al otro lado del túnel que da acceso a la plaza y disfrutar de unas vistas impresionantes.

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