viernes, 25 de noviembre de 2011

A MALOS TIEMPO FORMACION


Poniendo al mal tiempo buena cara, y viajando de Málaga a Malagón, con el firme propósito de resistir, porque no hay mal que cien años dure, ni cuerpo que lo resista, sustituyo la ausencia de cursos para compartir por los cursos a recibir.
Me formo, me reformo, me reciclo, tengo claro lo de la formación continua y lo de aprender a lo largo de toda la vida, y me embarco matriculándome en inglés, y me convierto en el decano de la clase.

Ya le tenia yo ganas el inglés, pero hasta ahora imposible. Me está gustando, es muy agradecido poder leer las ventanitas que a diario salen en mi ordenador, y además entenderlas, y a veces intuirlas. Es gratificante cruzar algunas líneas a través del Facebook con amigos y familia de USA, Canadá o Gran Bretaña, y esto no ha hecho nada más que empezar.

Pero no queda ahí la cosa, me proponen un curso e-learning, que no es otra cosa que el aprendizaje a través de la red, y me lanzo como no podía ser menos, a pesar de ser más bien de estar y de presencia. Y a medida que pasan los días la iniciativa me cautiva.

Y con todo esto entre manos, me voy para Ciudad Real a las jornadas formativas para monitores y técnicos de UU.PP.

Pues nada cambiamos chik y “a malos tiempos formación”. Es cuestión de animarse.

sábado, 19 de noviembre de 2011

UN SABADO IRREFLEXIVO

Sábado 19, jornada de reflexión, y como da la casualidad que lo tengo reflexionado desde hace tiempo, bastante tiempo, me voy previniendo y bajo los mantones de la buhardilla.

La aceituna se acerca y ya es hora de ir cosiendo rotos y remendar. Aprovechamos la nave de la hermana, en la calle daríamos mucho el cante, y aprovechamos como no el que la familia está reunida de cumpleaños y así entre todos aligeramos el trabajo y nos ponemos a dar cuenta de esa “carne a la guarruza” que prepara tan bien la hermana Carmen.

Yo la ante mañana la he dedicado a preparar el bailys casero que nos tomaremos en los postres y a poner en practica la receta de esos Miguelitos de crema que vi hace unos días en El bloguito de cocina de la amiga Mar Izquierdo.

Y la mañana ha sido eso, irreflexiva y sin complicaciones, mucha familia y mucha tranquilidad y esa carne a la guarruza, que ya tiene que estar bien buena, para que le guste tanto a alguien como yo que no se habla con la cebolla.

Y sin acabar el día, porque a veces tenemos los cumpleaños a pares, nos vamos a felicitar a la cuñada, y de presente otra bandejilla de miguelitos.

Y mañana será otro día en que a la noches habrán ganado todos, y pasado descubriremos que todo sigue igual y que alguien no le ha dado a la barita mágica.

¿Y de los cursos y el trabajo?, pues eso en stand by.

miércoles, 9 de noviembre de 2011

LAS BOMBAS PENDIENTES

Fue por 1983, cuando en un paseo por la Barceloneta con mi amigo Carlos, localizamos, tras patearnos el laberíntico y bullicioso barrio, una plaza con fuente, y en su esquina un bar donde entramos a refrescarnos con un tubo de cerveza.
La casualidad quiso que acabáramos en un local donde tenían como especialidad las famosas bombas de las que tanto habíamos oído hablar, y nosotros como curiosos, no íbamos a salir de allí sin probarlas.
A Carlos le gusta el picante y como a un servidor no le disgusta, estaba claro lo que debíamos contestar cuando el camarero nos preguntó si las bombas las queríamos picantes.
Ante nosotros una bola frita del tamaño de una pelota y una cuchara para ir probando. Tras el primer y generoso trozo de bomba, ambos al unísono y con una sincronización tan perfecta que pareciera que lo hubiésemos estado ensayando, agarramos el tubo de cerveza y dimos cuenta de él de un solo trago.
Fui yo el que levantado la mano y con aspavientos llamé al camarero, que me entendió perfectamente y de inmediato nos puso dos nuevos tubos de cerveza para aplacar el picante que ardía en nuestra garganta. Volvimos a dar cuenta de un nuevo trago, nos miramos, nos entendimos, pagamos y salimos corriendo a la fuente de la plaza a refrescarnos con agua fresca, porque si la cantidad de agua que bebimos hubiera sido cerveza, nos tendrían que haber sacado de allí en carretilla.
Pagamos el precio de la curiosidad y no descartamos que hubiera más catas, pero eso si, le diríamos al camarero que sin picante.
Fue unos meses más tarde cuando paseando con un grupo de amigos por el puerto, nos adentramos por las calles que había justo detrás de Gobierno Militar, donde vimos un bar que nos llamó la atención y donde entramos a sentarnos un rato.
Al entrar un cartel que decía:


“tenemos bombas de:
Hombre
Mujer
Gay”


Expliqué a mis cuatro amigos lo que eran las bombas y también la accidentada tarde con Carlos en la Barceloneta.
Mi relato colmó la curiosidad de los acompañantes y a la vez la convicción de mis palabras hizo que nos decantáramos por unas bombas más suaves.
Con un bar abarrotado, y nosotros sentados lo más al fondo y lejanos de la barra, recibimos al camarero, al que le indicamos que queríamos 5 tubos de cerveza y cinco bombas de tercera.
El camarero se giro hacia la lejana barra y con bocezón de soprano gritó: “Marchando cinco bombas de MARICONES”.
Hoy en día y con mi edad hubiese sido el primero en reírme, pero hablamos de 1983 y de cinco chavales con apenas 20 años y las carcajadas del entorno hundieron nuestra moral, pero esto era sólo el primer asalto, porque resulta que de los cinco, sólo dos pudimos terminar la dichosa bomba, tres amigos las dejaron a medio y todos pensamos: “Anda si pedimos las de primera”
Yo estaba convencido, que con lo bueno que estaba aquello, las debería haber sin picar tanto, o asomando un poco como decimos en mi pueblo. Era cuestión de dejar pasar el tiempo y buscarlas.
El tiempo pasó, ¡28 años!, como el que no quiere la cosa, y son muchas las veces que me he acordado de las bombas, y he rememorado estas anécdotas, pero fue hace unos días cuando viendo mis feeds, aparecía una publicación de "Mi bloguito de Cocina" con la receta de "Las bombas" , y paso a paso con fotos como a mi me gusta, la amiga Mar lo borda.
Pues a esperar el sábado que viniera mi hijo, al que le gusta el picante, la carne y la patata y me puse manos a la obra. Eso sí, ya me encargué de que no se me fuera la mano con el picante, tan sólo asomaban, ese puntito en el que quieren picar y no pican.
Así que 28 años después hemos dado gusto al cuerpo, eran las bombas pendientes, que seguro que a partir de ahora se asomarán periódicamente a nuestra mesa

lunes, 7 de noviembre de 2011

CURSO EN MONTIEL


La Asociación de jubilados “Amigos del Cerro San Polo” ha puesto en marcha un taller de informática, patrocinado por la Diputación provincial, con dos niveles: iniciación y avanzada, cuyo objetivo aparte de aprender y entretenerse, no es otro que el de manejar las herramientas que nos ofrecen las nuevas tecnologías de la información y la comunicación y no perder el tren.

viernes, 4 de noviembre de 2011

CLAUSURA EN CARRIZOSA


Tarde de clausura en Carrizosa, y es que hemos llegado al final del curso de tramitación electrónica de la Diputación, donde 14 mujeres han participado de manera más que activa y han podido comprobar las ventajas de los certificados digitales y DNI electrónico a la hora de realizar trámites ante la administración.

De momento, y por motivos ajenos a mi voluntad, los cursos para los demás pueblos quedan en suspenso hasta que se solventen los problemas surgidos.