Recuerdo siempre con cariño, que la traída significaba el pistoletazo de salida para la venta de helados, era el primer día y allí estaba Nemesio y Victoria con su nevera vendiendo los helados al corte. Dame uno de chocolate y nata y partemelo gordo, solíamos decir todos.
El año 2.007 fue el último año que asistí a la traída y lo hice con Ana y Ángel, y eso me hace que los nervios afloren cuando ves a la gente que camina hacía la Ermita.
Nosotros hemos estado antes de las cinco en la Ermita, hemos sido los primeros, hemos hecho nuestra visita y hemos cumplido, a nuestro modo.
La Virgen estaba preparada para la procesión, la Ermita preciosa y no digamos el entorno vestido de primavera.
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