CAMBIO

Llega la mayor renovación gubernamental de los últimos cinco años con la idea de "vencer a la crisis".
Todo lo que sea gente nueva, supone nuevas ideas, pero sobre todo nuevas intenciones, frescura y un ímpetu que es necesario para afrontar los problemas del momento.
Es indiscutible que el Presidente del Gobierno está en el derecho de cambiar su equipo, independientemente de que lleve un año o cinco, para adaptarlo a los tiempos de crisis e introducir sabia nueva, sustituyendo a los más afectados por el desgaste lógico que han sufrido a lo largo del tiempo de gobierno, amen de que hayan tenido que soportar continuas críticas, reprobaciones y más de una campaña de desprestigio.
Se corrigen algunas decisiones sobre la organización y competencias de algunos ministerios, como es el caso de la competencia de Universidades que vuelve a su lógico destino en el ministerio de Educación.
Cinco son los ministros nuevos, de ellos tres pesos pesados en el partido y que ya han ocupado cargos relevantes, otros dos ministros “independientes”. Un rector de la Universidad Autónoma y presidente de la conferencia de rectores, que seguro dará un nuevo impulso al ministerio. Una presidenta de la Academia del Cine que llega al Ministerio de Cultura.
A Trinidad, en Sanidad y Servicios sociales le tocará la nada fácil tarea de poner en marcha y de aplicar la estancada Ley de Dependencia.
En cualquier caso hay que dar al nuevo gobierno el beneplácito de los 100 días para ver los resultados de su trabajo.
De todas maneras no alcanzo a entender como se puede filtrar a la prensa una remodelación que se presume solamente sabe el presidente y sus allegados. Recuerdo que mi abuela siempre decía “¿Me guardarás un secreto? – Más me lo guardarás si no te lo digo” , Seguramente son esas personas las que si habría que cesar inmediatamente, pues no son dignas de confianza.