miércoles, 12 de enero de 2011

LO QUE ENSEÑA LA CRISIS

Aprovecho un viaje a la Delegación de Hacienda para recoger a mi hijo en el instituto y volver con él al volante.

Y mientras tanto y para sacarle rendimiento al viaje, voy a comprar algunas cosas para reponer despensa. Entro en un supermercado a buscar un zumo en concreto y veo los tomates 10 céntimos más baratos que donde pensaba ir a comprarlos, y los calabacines, y el pan de molde…

Así que me emociono y voy haciendo la compra donde no pensaba, me faltan las lechugas y las garrafas de 8 litros de agua, pero veo garrafas de cinco litros y al carro. Con esto ya no voy a donde pensaba ir, pero me siguen faltando las lechugas. Entro al súper contiguo y me compro una batidora en oferta que vio mi mujer por Internet.

Y ya que estoy aquí a ver la sección verde. ¡Que disgusto! Todo lo que he comprado entre 10 y 20 céntimos más barato en kilo. Menos mal que paso junto a las garrafas del agua y las veo 5 céntimos más caras. Me consuelo, “las que entran por las que salen” (que diría mi paisano famoso).

Al final, yo que a todo le veo provecho, he tomado una lección gratis de economía doméstica, y para el próximo viaje: los tomates aquí, las lechugas allí y el aguan en el de más allá.

¿Y merece la pena?, ¡Pues claro que si!, porque además si voy y vengo, no es camino que tengo solamente, es que además he ganado tiempo, me explico:

Si hago caso al médico y ando una hora al día, ¿qué hago yo por esos caminos de barro al ser de día pudiendo hacer la misma distancia andando de un súper a otro? Y rizando el rizo, con esas bolsas en la mana, haciendo pesas en realidad estoy haciendo ecodeporte. Pero es más, como me obligo a memorizar precios con céntimos de todos los artículos y en todos los centros, también ejercito la memoria, y me quito horas de sofá y de tele, y te da para relacionarte con la gente en las colas.

Y si no hay que comprar pues también puedo entrenarme. ¿A dónde vas? A ver precios.

Y todo esto hay que agradecerlo a la crisis. La escasez siempre agudiza el ingenio, y seguramente nos hacía falta una crisis, que andábamos muy lerdos y desprendios

2 comentarios:

  1. Asi es, ya lo dijo algún ilustre paisano: "la necesidad agudiza el ingenio".
    Y esto es aplicable, no solo al cesto de la compra, sino a cualquier otro aspecto de la vida. Si algo bueno tienen las crisis, es esto precisamente, que nos saca del apollardamiento!!

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  2. A mi la cabeza me va a echar humo de tanto quebrarmela¡¡¡¡¡

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