El 24 de julio de 2005 viaje hasta Yeste, en una excursión desde Montiel. Viajábamos en el autobús de dos plantas.
Recuerdo que al cruzar el embalse de la Fuensanta, primero fue la sorpresa, luego la rabia y la resignación de ver un barranco seco, donde se suponía debía haber un pantano.
Al fondo, muy al fondo un puñado de agua, que asemejaba un tazón, y una voz que gritó desde el segundo piso del autobús, “esto no lo han visto los murcianos que si no también se lo llevan”
Hoy, algunos años después, recibo un correo de mi amiga Lourdes donde me envía algunas fotografías del embalse, que nada tienen que ver con la situación del 2005.
Hoy también está al 100% (16-3-2013).
ResponderEliminarLos murcianos, como siempre, tenemos culpa de todos los males de La Mancha...