Por que puede más el corazón que la mente. Porque cuenta la tradición, las vivencias, porque prima la familia y el espíritu de la Navidad, por eso y más a pesar de no tener la cosa para farolillos, por eso tengo árbol, Belén y muñeco de nieve.
Hace una semana, vi en un balcón de Bolaños un muñeco de nieve con vasos de plástico, lo miré, me acordé de mi cámara que se quedó en el coche, pero de vuelta a casa me he puesto manos a la obra utilizando vasos, un par de tapones de las garrafas de agua, un par de tapones de los esprais anti cucarachas un tapón de la bombona de butano, parte de botella de lejía bufanda vieja, y sombrero de la caja de disfraces de carnaval, y ahí va el resultado que luce en mi patio.
Y en la puerta de la casa este árbol de latas de colas, refrescos y cervezas. La idea partió de las macetas de Mondema Artesanos de Tomelloso que vi el año pasado.
Y por último, aunque ha costado al final me he decidido a poner el Belén que no puse el año pasado, y aquí está en el hueco de la escalera, aunque no respondo de él. Ha sido verlo y a mi gato Sócrates le ha dado el flechazo. Así que veremos si la tentación de Sócrates pone fin al Belén antes de San Antón o perdura.
Salvo las figuras, todo lo demás hecho en casa, tanto el portal, con unas tejas viejas o las casitas que ya os puse hace poco en otra entrada.
muy ingenioso, te ha quedado muy bien, a ver si Sócrates también se porta bien
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