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lunes, 23 de abril de 2012

AHORA SI, LA PRIMAVERA


Ahora si, ahora la primavera, ya y por fin, primavera de luz y brillo en el Campo de Montiel, y que mejor manera de celebrar su llegada no oficial que lanzarse a ese campo maravilloso de luz y claridad que impregna de vida.
Y aprovechando la ocasión y concluido el paseo, el zambullirse en el mar de tierra sin más compañía que el silencio y el trinar ocasional de pájaros, que mejor que una buena paella en la lumbre y a los postres ese café y licorcillo de la casa y los panecitos dulces de la cuñada, receta de su tía de Albaldejo.
Y esto si que no tiene precio porque para lo demás y para todo tenemos este maravilloso Campo de Montiel que hay que apresurarse a disfrutar antes que el sol de un verano prematuro se nos instale y nos achicharre, claro que para eso siempre nos quedará la siesta. 
Hoy no hay siesta ni el cuerpo la pide, y por eso hay que aprovechar la ocasión para sembrar las cebollas y las calabazas

 
 
 
Y para el lunes, para un buen comienzo de semana, más campo, más compañía de pájaros que saltan de un árbol al siguiente mientras sigiloso y embutido en mis pensamientos me acerco hasta ellos.
Esta vez la ruta del Quijote que circunvala el Cerro de San Polo, que alojó en su día el segundo castillo de Montiel, el Castillo de San Pablo.
Cuantos “amanecios” juntos habremos compartido la ruta y yo, y los que nos queda de compartir. Ruta ahora mejorada donde nos darán sombra, que ya crecerán,  los árboles plantados en el invierno. Y ya podremos quitarnos cómodamente esa intrusa china que se instala en nuestra zapatilla, porque también tenemos bancos, para descansar y para no cansarse de mirar y de admirar este paisaje



jueves, 1 de marzo de 2012

PONER LA OLLA


Como manda la tradición, día 1 de marzo, día del Ángel, y el día señalado para poner la olla.
Pero bueno, ya se sabe que la tradición manda y el calendario laboral dispone, por lo que aproveché el domingo por la mañana para acercarme a mis chaparros, y digo míos porque como tales los siento, aunque no sean de mi propiedad, y por que los visito al año más veces que a mí los Reyes Magos
.
Debajo de esos chaparros cojo buena tierra, que arnereo si situ, y guardo en saco y espuerta. Con esa tierra ya en casa puedo ir sembrando las semillas de tomate y pimiento.

Este año he cambiado el recipiente por vasos de yogur, que he ido guardando de unos meses atrás, más manejable así que no hacerlo en cesta de frutas como el año pasado.
Aprovecho las semillas que me llegaron el año pasado desde Navarra de pimientos del Piquillo y que se aclimataron perfectamente, y puestos a globalizar, aquellas otras simientes de tomate de tripa de Manacor, de tomate de Alcubillas (gordo y hermoso) y para monear un poco, otros tarros de tomate Sherry.
Y como para todo dio la mañana, me paso a visitar los acodos que practique en diciembre sobre unos endrinos silvestres, y quedo con ellos para volver a verlos el próximo domingo y traérmelos para su nueva casa. 

Y doy gracias por el día tan hermoso y porque a lo tonto estamos ya en marzo y sin caer una gota, y porque tenemos el Montiel Medieval a la vuelta de la esquina.

jueves, 14 de julio de 2011

OTRA RUTA DEL QUIJOTE




No hay mal que por bien no venga, y como buen camaleón me adapto al medio. Y todo ello viene a cuento de que mi afición a darme una vuelta por la Ruta del Quijote que circunvala el Cerro de San Polo de Montiel, sobre el que apenas quedan restos del Castillo de San Pablo, siempre a primera hora de la mañana, se vio amenazada y con posibilidades de suspensión.

Y es que la lista de espera de mi mujer para hacer su rehabilitación había llegado a su fin tras siete meses de espera. ¡Por fin! Y me la citan a las 8,30 AM durante las dos próximas semanas. ¡Vaya por Dios con mi ruta!, pero lo primero es lo primero, aunque se demore más de medio año.

Y la solución brota en seguida, esa hora de espera en el centro de salud, me la cambio por una ruta urbana y mañanera por la Ciudad de Infantes. Y disfruto de su frescor de primera mañana, encontrándome con operarios y vecinos que limpian y riegan las calles, ir y venir de gentes que empiezan a poner en marcha sus negocios, camareros montando las terrazas y clientes disfrutando de ellas en el frescor de la mañana.

Con el sol despuntando, fotografío edificios, rincones y balcones, algunos con contraluz, pero si Infantes es bello a plena luz, también lo es a contraluz. Siempre bello Infantes.

Me cruzo y saludo en la plaza a un viejo amigo y me recomienda otra ruta del Quijote, y yo que soy de experimentar me pongo en marcha al día siguiente.

Se trata de la ruta 3 “De Infantes a Almagro y Calatrava la Nueva”. Yo arranco desde el centro de salud, dejando a mi izquierda las áreas deportivas del Ayuntamiento, giro a la izquierda y ante mí y desde la altura observo una llanura de tierra roja, al fondo Cózar, a mi derecha Alcubillas, y frente a mí un camino que me conduce hasta el Santuario de Nuestra Señora de la Antigua. De camino asfaltado y fácil de andar, paso frente a pequeños cortijos y casas de campo, con huertos y jardines, que a mi entender son pequeños sanatorios y remansos de paz y tranquilidad. Me cruzo con señoras y caballeros de todas las edades, aficionados a eso de andar, y descubro un señor que camina leyendo. Nunca lo había visto y me asombra, aunque indagando y preguntando a Google que todo lo sabe, veo que la cosa no es nueva y que incluso hay determinados libros a recomendar según la caminata sea corta o larga.

Me impaciento pues veo que casi llego a la media hora y el cruce con el camino que me uniría a la carretera de Almedina no se vislumbra. Opto por dar la vuelta y llegar puntual al centro de salud, puntualidad de una hora completa. Y seguiré indagando en la ruta durante las dos próximas semanas.

domingo, 22 de mayo de 2011

SENDERISMO EN CAZORLA


Desde que me amaneció en la Comisaría de Valdepeñas el pasado mes de agosto no me lo pasaba también, y ya tocaba.

Se trata de un senderismo en Cazorla organizado por la Asociación de Jubilados de Cózar, fui invitado por ellos, y con gusto los acompañé el sábado 21 de mayo. Que mejor que un día de campo con unos buenos amigos, y si además te gusta el senderismo y la naturaleza pues prometía un día redondo.

Y a las 8 de la mañana ya salíamos de Cózar rumbo a Valdepeñas donde recogimos a Guti y señora, los monitores del evento.

Entre chistes, chascarrillos y alegrías, aprovechamos para echar unas risas juntos camino del pueblo de Cazorla. Y ahí empezó lo bueno, con el conductor Justo que nos describía con todo lujo de detalles, curvas precipicios y barrancos y el bus venga a subir por una prolongación de curvas. La cabecera del auto entrando en una curva, cuando la cola no había salido de la anterior.

Y Serafina, alusiva a la parte del autobús que más cerca estaba del precipicio, con ironía: “que mal lo están pasando los de la derecha” y desde el fondo se oía cállate que se pueden cambiar las tornas” y vaya si cambiaron, comenzamos a bajar y desde mi asiento en la izquierda sólo veía barranco.

Y llegamos al río Borosa sin pizca de ganas de deshacer lo andado y de estirar las piernas. Enfilamos río arriba en dirección a la laguna de Aguas negras, disfrutando el paisaje espectacular, adentrándonos cada vez más en la naturaleza. Cada vez se estrecha más el sendero y caminamos paralelos a la roca y el río sobre la pasarela de madera y a cada momento nos paramos a disfrutar del entorno.

Disfrutamos del entorno y de más de dos horas y medía de caminata, parece que hace apenas unos minutos que Guti nos dijo eso de “venga vamos que apenas faltan 200 metros”, frase que repetía machaconamente cada 5 minutos, y siempre quedaban 200 metros.

Nos gusta con locura el paisaje y el entorno, pero sobre todo nos impresiona que a cada momento que nos cruzamos con más senderistas, todos nos saludan como sin nos conociéramos de toda la vida, y eso nos sorprende cuando estamos acostumbrados a cruzarnos en el pueblo con gente que ni nos mira, y es que en esta naturaleza todo parece mágico y el tiempo transcurre de otra manera. A la vuelta somos nosotros los primeros en saludar.

Con bastante retraso llegamos al restaurante del hotel rural Mirasierra donde dimos cuenta de unos andrajos y un gamo en salsa, cuyo sabor hoy recuerdo apenas levantado.

La vuelta la hicimos en dirección a La Puerta de segura, con parada en la cabecera del Pantano del Tranco, y volvíamos a casa como empezamos, entre chistes y risas cuando se nos averió el autobús, pero el destino puso esa avería justo en la loma del perro a la salida de Cortijos Nuevos, donde pasamos 4 amenas horas.

Al principio, nos quedamos junto al autobús, pero a medida que transcurría el tiempo nos fuimos adentrando en los alrededores y tomando posesión del entorno, marcando el territorio, y llegamos hasta el cortijo del amigo Jaime Ruiz, caballero andante, de los pocos que quedan. Nos agasajó con cerezas y agua mineral, nos ofreció su casa y unas sillas, y piñas con pillones y bolsas para que nos cupieran, y matamos el rato en una distendida charla entre cultural y etnográfica sobre el Campo de Montiel y en el colmo de los colmos cogió de su biblioteca el libro “El Campo de Montiel” de la colección Guías raras y completas de territorios y habitantes de España, y nos lo regaló aduciendo que nosotros le sacaríamos más provecho.

Y para caballeros Quijotes, los dos conductores de Cortijos Nuevos que al ver el autobús pararon su coche y se ofrecieron a ayudar a reparar la avería. Junto a nuestro conductor, se colocaron el mono y durante esas cuatro horas intentaron arreglar lo que no tuvo solución.

Mientras tanto el personal se repartía en grupos y hazañas para matar el rato, y a eso de casi las nueve y a modo de cena, el amigo Gutiérrez y señora nos agasajaron con barritas de chocolate y tortitas de arroz, y Agustina con bolsas de patatas y demás chucherías.

Había quien iba de corrillo en corrillo, pues eran varios los grupos y para todos los gustos. Mientras unos charlaban con Jaime Ruiz, a otras les daba por sacar y cantar coplillas de la situación, y es que esta Isabel y Agustina a todo le sacan punta. Guti y señora pensando en suspender los actos de celebración del 50 cumpleaños de él en el Veracruz de Valdepeñas, y algún excursionista, ¡Ay la naturaleza!, preso de problemas fisiológicos que fueron comentados en su entorno más inmediato con frases como “menos mal que hemos comigo gamo y no habichuelas” o “parece mentira con lo chico que es de donde sacará la fuerza”

Y pasadas las 10 de la noche, de vuelta a Cózar en otro autobús, entre chistes, bromas, risas y rememorando el viaje y comentando una jornada para no olvidar, de la que yo saco provecho y lección y me quedo más tranquilo al comprobar que todavía sigue habiendo Quijotes y gente sencilla con categoría como Jaime, los mecánicos y todos los senderistas que nos cruzamos y que entre todos contribuyeron a que pasáramos un buen día y a que sigamos esperanzados y confiados en el ser humano y en los valores que nos hacen grandes, ofrecer y compartir tiempo y amistad.


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domingo, 15 de mayo de 2011

CAMPO DE LUZ Y COLORES

Estamos ya en la primavera, a pesar de algún chapuzón sorpresa e inclemencias ventosas imprevistas, y así lo trasmite ese campo de luz y colores.

La naturaleza sigue su camino, el ciclo de un año tras otro, y ya vemos los frutos en algunos árboles, mientras las hortalizas empiezan a despuntar.

Cerezas, ciruelas, peras, melocotones, nueces y manzanas ya muestran lo que será fruto maduro en unos meses.

Alcachofas y patatas están firmes y pidiendo agua para crecer. Los tomates, fresas y pimientos empiezan a despuntar y ajos y cebollas en la recta final.

Y un servidor deseando de ponerse el bañador y hacer unos largos. Ya mismo estamos en el verano.