La vida son etapas, y las etapas se repiten. Y me viene al
pensamiento que tiempo atrás cuando queríamos salir y andábamos tan justos de
tiempo, el día de antes siempre preparábamos comida para al llegar a casa con
el tiempo justo, calentar y servir.
Y el máximo exponente culinario para nuestras fiestas era el
albondigón, que la verdad no se porque perdimos la costumbre de hacerlo, y que
hemos vuelto a retomar.
La base del mismo es esa carne picada y adobada que todos
hacemos para las albóndigas.
Yo utilizo carne de ternera y carne de cerdo, sal, ajos,
perejil, miga de pan y algo de pimienta.
Y lo de siempre, batir los huevos, añadir la sal, ajo,
perejil y pimienta. Seguir batiendo, añadir la carne. Mezclarla bien y añadir
algo de miga de pan.
A mi me gusta dejar reposar esa mezcla en la nevera y al día
siguiente ponerme a trabajar con ella.
ALBONDIGON:
Ponemos un papel albal y algo de pan rallado y sobre el extendemos la carne, y
justo sobre esa base de carne ponemos huevo cocido, salchichas, tiras de jamón York,
tiras de jamón serrano, pimientos y todo aquellos que se os ocurra o que tengáis
en la nevera y queráis darle salida.
A continuación enrollamos la carne dándole el aspecto de un
brazo de gitano, y lo liamos completamente con el papel albal.
Lo pasamos al horno de 30 a 35 minutos a 180º, y cuando termine lo
dejamos en el mismo horno hasta que enfríe. Y frío lo desmoldamos.
Y cuando llegamos a casa con el tiempo justo de la comida
aquí esta fiel nuestro albondigón esperándonos.
Partimos en rodajas y frío está muy bueno, se puede comer con las manos como si se tratara de una galleta. Si lo queremos caliente a la plancha vuelta
y vuelta también gusta, y por que no si lo ponemos en una cazuela con algo de
salsa pues también se adapta.
Pero como yo he preparado gran cantidad de carne, y
confieso que con el ánimo de que me sobrara, he sofrito la carne con algo de
tomate y he preparado con la mitad de ella unas bombas que ya os expliqué hace tiempo.
Con la otra mitad de la carne, también sofrita con
algo de tomate, la pongo sobre un recipiente, en mi caso de cristal, y sobre la
carne extiendo ese puré de patata que me ha sobrado de hacer las bombas,
ponemos por encima queso para fundir y ya tenemos nuestro pastel de carne, que
yo en este caso he metido a la congeladora y que nos saca también de un apuro,
porque en caso de emergencia lo sacamos y al horno y gratén mientras ponemos la
mesa.
Otras dos alternativas para cuando preparo carne de
más son el tronco de patata que ya expliqué en otro post, o simplemente meter la carne
picada en pequeños herméticos y a la congeladora a esperar mejor ocasión.
Vaya idea nos has dado Pedro con tu receta!!!
ResponderEliminarGenial!!! Esta tengo ke probarla...
Besos!!
www.mibloguicodecocina.blogspot.com