lunes, 2 de junio de 2014

SENDERISMO: TORRE DE JUAN ABAD-ERMITA DE LA VEGA-TORREÓN HIGUERA

Llegan los calores y las rutas o se hacen pesadas por el sol o lo que se hace más que pesado es el madrugón.
Es por eso que se trata de buscar rutas no muy complicadas y que se puedan hacer al atardecer y rematarlas con una merienda cena a la luz de la luna de cualquier paraje del Campo de Montiel. Y en un principio esta ruta iba a ser de tarde, pero el ensayo del teatro y el tiempo fresco que acompañaba nos hizo replantearnos la hora, e incluso nos permitimos el lujo de no madrugar.

Esta en una ruta ideada junto a los amigos, de unos 11 kilómetros aproximadamente y que parte de la misma localidad de Torre de Juan Abad.
Desde el pueblo, bien por la carretera de Torrenueva o por el camino de los membrillares , que fue el utilizado,  comenzamos con una primera etapa de 4 kilómetros hasta la Ermita templaria de Nuestra Señora de la Vega. Es nuestra primera etapa con alto para contemplar y disfrutar de este bello y único santuario.
Es el momento del refresco, de las fotografías, de las conversaciones con Antonio el santero, que nos atiende de lujo y nos abre la ermita. Nos relajamos tanto que se nos echa el tiempo encima, y partimos mientras comienzan a llegar fieles a la misa que se va a celebrar.
Paralelos al arroyo por su margen izquierda seguimos nuestra caminata dejando a nuestras espaldas el santuario, llegando hasta la piedra roda y cogiendo el camino de la derecha. Cruzamos el royo frente al molino de Frías y culminamos nuestra segunda etapa con otra parada para recrearnos en las explicaciones de Julián sobre los molinos de agua, sus máquinas en ruinas frente a nuestros ojos y los conductos de entrada y salida de agua.
Dejamos atrás el molino y proseguimos paralelos al arroyo, esta vez por la margen derecha. eso sí con paradas en todos los cortijos en ruina para hacer fotos, en alguno de ellos con extremo cuidado para no molestar a los morceguiles.
Llegamos a la carretera de Torre a Castellar y la cruzamos rumbo a nuestra tercera etapa que ya se ve nítida en el horizonte. Es la Torre de la Higuera, que escalamos por su parte más complicada, como no podría ser menos a nuestra condición. Descansamos y disfrutamos de unas espléndidas vistas, nos refrescamos ya cae alguna que otra onza de chocolate que reparte Amalia.
Toca iniciar el descenso para volver a torre de Juan Abad, esta vez por la ruta del Quijote.
Llegados a la población, y bajo un árbol de la plazoleta, con Quevedo dándonos la espalda nos tomamos un respiro, un refresco y planeamos la comida. Es hora de volver a la Ermita, esta vez con los coches. Sacar las neveras y dar cumplimiento al rito de una comida en hermandad. ¡Como Dios quiere y manda!
Comida  y tertulia, donde las palabras puestas en común organizan los pensamientos y proposiciones de una nueva ruta, que al fin y al cabo eso es la vida, un encadenado de rutas.

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