Ya a punto de vivir este Medieval 2013. El viernes dará
comienzo. Un año más, y ya van 8, que parece que fue ayer.
Ya todo a punto, trajes y capas sacadas del letargo del
armario y puestas a punto. Esperando el pistoletazo de salida del viernes,
continuando el sábado y domingo.
Tres días de vértigo y actividades donde Montiel se
reencuentra con la historia. Un solo protagonista. Montiel, en un todos a una y a la calle, a tomar la
calle.
Todos ponen su granito de arena, aunque es de justo reconocimiento
decir que algunos ponen más que granitos, peñones, peñones más grandes que los
del Castillo, en una gran labor más que callada. Desde aquí mi reconocimiento,
y agradecimiento por hacernos cada año disfrutar de nuestro pasado.
Yo ya tengo el traje, capa, botas y planes preparados, que
salvo esa cena medieval del viernes con los amigos que desde fuera vienen a
vernos, lo demás será en la calle.
En la calle desde la primera hora de la mañana y cerrando
calles hasta que el cuerpo diga hasta aquí llegó el Jabalón.
Y volver a empezar, paseos, compras, repostar en las
tabernas de la plaza, compartir mesa y mantel con los paisanos en esa comida
popular que este año nos deleita con pisto el sábado y judías el domingo. Platos
que regaremos con esa sangría que más
que preparar, bordan los alguaciles.
Y aunque tras la comida todo queda a la improvisación, en
esos tiempos muertos entre acto y acto seguro que encontramos hueco para un
buen café, o algún trozo de tarta del puesto de Cáritas, alguna que otra
copilla de los licores propios.
Este año parece que disfrutaremos de un buen tiempo, y
seguro que así es porque desde hace un par de días ya coinciden en ello todas las
páginas meteorológicas.
Y llegará el domingo, y exhaustos nos retiraremos a nuestros
aposentos con esa angustia extraña de no haberlo visto todo, de no habernos
empapado de todo. Cosa a veces falsa, pero el ansia viva y yo somos así señor/a.
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