LAS BARRAS TOLBAR

Tendemos a acelerar lo cotidiano, metemos el turbo en lo cotidiano. Y viene esto al hilo de que cuando hemos aprendido a instalar un programa, y comprobamos que visto uno, visto ciento, es cuando con los ojos cerrados hacemos siguiente, siguiente, aceptar…

Es un tatatá, como si de una metralleta se tratase en que hemos seguido al asistente en cero coma y sin haber leído lo que nos decía la ventana.

Se que me pongo muy pesadito en esto de que no me hagáis metralletas, de que las ventanas están para leerlas antes de nada y si hay que aceptar pues se acepta, pero después de haber leído y comprendido.

Y digo esto, porque aprovechando que el Pisuerga pasa por Valladolid, justo entre una y otra ventana es cuando vemos una serie de celdas activadas donde me proponen instalar la barra Tolbar, cambiar mi página de inicio etc.

Las barras tolbar, del tipo Babylon, Ask o Conduit. Este tipo de barras, amén de cambiarnos la página de inicio registran información sobre nuestra navegación, ofreciéndonos de esa manera publicidad demasiado personalizada.

Como norma debemos leer las ventanas y evitar estas metralletas. Leer y desmarcar esas opciones recomendadas. Cada vez lo ponen más difícil, por lo que hay que huir del automatismo en las descargas y personalizar.

Pero si el error ya está cometido, se puede solucionar.

Lo primero, si utilizamos Mozilla es ir a herramientas, complementos y eliminar la barra.

En Google chrome, configuración y extensiones.

Pudiera ser que se me haya instalado en el PC, por lo que desde el panel de control accediendo a desinstalar programas puedo desinstalarlo.

Pero como es lógico, las dichosas barritas han cambiado mi página de inicio, por lo que aún me queda volver a poner mi página de inicio.

Para ello, esta es la ruta:

Explorer: Herramientas, opciones de Internet, y ahí sustituir por mi página.

Mozilla: Herramientas, opciones, general y modificar

Chrome: Configuración, aspecto, mostrar el botón Página de Inicio, cambiar, abrir esta página.

Y aprendida la lección seguramente aseveramos en la famosa frase de más vale prevenir que curar, por lo que a leer ventanas y cuidado con las metralletas.