Me levanto en un 15 de marzo y pienso que rápido ha pasado
el tiempo. Un año ya, mi primer aniversario, y pienso en hablar de lo obvio que
hasta ahora había obviado.
Era evidente al verme la pérdida de peso, pero aunque nunca
he rehusado el hablar sobre el tema, nunca lo había escrito, quizás respeto,
miedo a volver a engorar, quizás, no se.
Fue por el verano de 2010, y pasadas las fiestas de
septiembre cuando di el paso a algo que me rondaba la cabeza ya todo el año.
Cada visita al médico era un sermón sempiterno. Los niveles
de colesterol (155) hicieron inevitable la toma diaria de una pastilla de 20
para poder bajarlos a 125. Pero la azúcar estaba dando problemas situándose por
encima de 110, que dio paso a la pregunta de todas las visitas médicas ¿Tienes
parientes con diabetes?, el ácido úrico y el Gtp en la frontera, al filo de la
navaja. Los ronquidos, las apneas, la dichosa maquinita para dormir, la prueba
del sueño en Cuenca. Era una mala dinámica de la que había que salir
inmediatamente.
Y para hacerlo, había que olvidarse de la dieta de Internet o
de la de la prima de la amiga. Necesitaba una profesional, y me puse en
contacto con, Soledad nutricionista y farmacéutica de la Ossa de Montiel.
Una vez agotada la existencia de la nevera, aquel 29 de
octubre de 2010 comencé junto a la mujer una dieta de adelgazamiento, aquel día
me subí a la báscula y vi los 96,100 Kg.
Después, cual responso, me enumero todos los posibles
riesgos de aquel disparate al que había llegado en los últimos años. Se marcó
Soledad como meta bajar a los 80
Kg. en 7 meses, aunque fijo mi peso óptimo en los 70.
El día 15 de marzo de 2011 acudí a su consulta y la báscula dio
los 73 Kg.
En ese momento me recomendó incluso que engordara un Kg. y me quedara en los
74, olvidando aquella meta de los 70.
Pasé unos estupendos medievales y no hice caso del consejo y
llegué hasta los 70 Kg.
en los que me mantuve hasta finales de julio de 2011, y desde ahí en el
mantenimiento he bajado hasta el mes de enero a los 64/65 kg, en los cuales me
mantengo.
Al final de un año trascurrido, y viendo cada vez más lejos
lo de recaer, sobre todo por los resultados médicos que en verdad es lo
importante, me atrevo a hablar, a opinar.
Creo que más que perder kilos lo que ha hecho Soledad
conmigo es educarme alimentariamente hablando y enseñarme a comer, a come de
todo y con la moderación que da la prudencia de no querer volver atrás.
128 de colesterol, 67 de triglicéridos, la azúcar a 90, el ácido úrico y el gtp en su
sitio, la dichosa maquinita devuelta, las citas médicas en Cuenca anuladas, las
pastillas olvidadas y los ronquidos ya un recuerdo, hacen a uno feliz.
Pasar de buscar XXL y no encontrarla a apañarse con P o M, a
veces me despista hasta mí. Pero este viaje a la salud ha valido la pena, y
sobre todo contento porque gracias a Soledad, no ha sido difícil el camino.
A todos los que lo intentéis, un consejo, buscar un
profesional, y otro más, merece la pena, y lo merece por la calidad de vida y
por tu propia autoestima.
Felicidades con que has hecho! Impresionante!
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