Esta vez la ruta venía organizada desde Terrinches, y con ellos viajamos hasta el Baño de las Mulas que tan entrañables recuerdos de niñez me traen.
Desde allí, partimos por el camino de Calzadillas, paralelos a la laguna Tomilla, para girar a la izquierda justo cuando nuestros ojos alcanzan a ver la laguna Conceja.
Seguimos nuestra marcha hasta el arroyo Alarconcillo, que cruzamos para descansar y dar cuenta de nuestro almuerzo, junto a la Ermita de San Pedro de Verona y frente a la Venta de Celemín.
Proseguimos nuestra etapa volviendo a cruzar el arroyo y en dirección a la laguna de San Pedro, para bordearla por el sur hasta llegar a divisar la laguna Tinaja y proseguir nuestra andadura por el camino de Ringurrina y llegar hasta la Plaza de Toros y nuevamente al Baño de las Mulas.
Algo más de 12 kilómetros de unos paisajes cercanos y desconocidos.
Y para completar la ruta volvemos en autobús hasta la laguna del Rey, para desde allí visitar el Hundimiento. Y ya de vuelta y siendo la hora de la comida, que menos que comernos el bocadillo a la sombra de los árboles y frente a la laguna.
Una ruta en que ya no hemos encontrado toros, aunque la aparición súbita de algún que otro ciclista nos asustara más que el ganado.
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