A los amanecios del día 13 de junio de nuestro señor, en el paraje de "Los Molares", en la "Casa Melilla" da comienzo nuestro segundo día de la Ruta "Compartiendo el Quijote".
Aventura histórica:
Hecha la compra y al pie de Alhambra, frente al camino de
los serranos esperando al resto del grupo se nos acerca un “cansino histórico” que nos da la mañana con sus sentencias,
consejos y sabiduría.
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¿De dónde sois?
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Pues yo allí conozco…
-
¿Y adonde vais?
- ¡Pues no he ido yo veces…
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Pues no se yo si por ahí …
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Pues anda que no…
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¿Y tú también eres del mismo pueblo?
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Y conoces a …
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¿Y por que no vienen los otros?
-
Es que no se puede trasnochar y madrugar, que
anoche os recogisteis después de las 12…
-
¿Y tuvisteis que cenar luego?
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Y os llevó mucho adecentar a los animales…
-
y…
No nos invitó a una gorda pero nunca agradeceré tanto lo que
vieron aparecer mis ojos en esos momentos. El joven Jesús con D. Quijote,
Miguel y la burra. Llegados a nosotros nos cuentan que han salido delante de
los demás por tomar tiempo por la borrica, por si se le tercia pararse y no
seguir. Me uno a ellos y dejo a protección civil y mi mujer con el cansino
histórico, que yo ya llevo bastante ración.
Aventura de la
negación del asno:
Después de salir de Alhambra y habiendo dejado atrás el
cansino histórico, apenas caminado media legua y algunas varas ya nos adelantan
los caballos, el carro y los coches. Hacen unos paradas, y Jesús el carrero
conocedor del camino aprovecha para segar hierba, pues según nos indica nos
adentramos en zona de monte donde no podrán comer los animales.
Prosiguen su camino y la expedición adelantada se queda atrás a cargo de la burra.
Y la historia se repite con llamadas de teléfono, ¿por donde
vais? ¿Cuánto os falta?, en fin son designios en manos de la burra y nosotros
solo nos podemos dejar de llevar.
Y llegamos a la Calera. Descanso, y lo primero los animales, que comen y beben agua. Yo me dirijo a unos escalones con la mejor sombra del poblado para revisar mis pies que ya se quejan de un roce y vejiga, mientras me miro y curo, se presenta a mi lado con alguna que otra carantoña la borrica.
Aunque a mi no me la da, no es que me
quiera, que amores tan repentinos…, es que ha visto que estoy en la mejor sombra
de todos los alrededores y a las 11 de la mañana ya el sol pica.
Por todo ello y acompañados de un buen almuerzo y ante la
evidencia de que peligra la expedición, se acuerda bajar todos los bolsos del
carro, volviéndolos al coche de protección civil y acondicionar un “burro móvil” para que nuestra pequeña
burra vaya cómoda y nosotros podamos llevar un buen ritmo.
Aventura de agua a la vista:
Ya junto al canal de Peñarroya y a legua y media de Argamasilla, decidimos
llegar hasta allí, comer y descansar. Es este un último tramo y complicado, ya
que discurrimos paralelos al canal y la caballería ve el agua pero no puede
beber debido a la forma de vértice del canal, aunque los animales lo siguen
intentando y todo su afán es desviarse hacia el agua.El agotamiento hace mella sobre todo en Rocío, la yegua que tira del carro, por lo que es necesario que le vayamos tirando del ramal. Nos vamos
turnando y tratándola de llevar hasta el lado opuesto del camino.
Momentos complicados y difíciles de hacérselo entender a los
animales.
Por fin tenemos posibilidad de dar de beber a los animales,
y enfilamos el último tramo hasta Argamasilla, parando debajo del puente de la
autovía.
Y con un sol que aporrea y con el resto del país a los
postres, aun nos queda un rato. Tenemos que llegar hasta un corral que
amablemente nos ceden para los animales, poniendo a nuestra disposición una
vivienda contigua. Y aunque nos habían comentado que se encontraba a la entrada
de Argamasilla, no nos habían dicho en que entrada, y lógicamente a estas
horas, cansados y con este sol, la entrada debería de encontrarse en la parte
opuesta del pueblo, por lo que tuvimos que cruzarlo de punta a punta.
Este si ha sido un tramo para la aventura, aunque aventura la que nos esperaba a la llegada al corral.
FOTOGRAFÍAS DE LA SEGUNDA JORNADA
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