Siguiendo con las mezclas, improvisaciones y combinaciones
ensoñadas, me aventuro a poner manos a la obra con la tarta de queso, a la que
hoy le añado chocolate. Al final el experimento resulta, el sabor resultante es
del agrado de los catadores domingueros que la devoran de una sentada, por lo
que pasa la prueba por asentamiento.
Ingredientes:
Paquete de galletas integrales
Mantequilla.
2 tarrinas de queso de untar (de 300 grs.)
3 tarrinas de nata para montar (de 200 grs.)
Azúcar, unos 80 grs.
Media pastilla de chocolate de desacer
1 sobre de gelatina neutra .
Mermelada de fresa (para la cobertura)
Algo de fruta para decorar
Paso 1:
Trituramos las galletas integrales, lo hago en un mortero y
voy vaciándolas en un vaso, y cuando está lleno me vale.
Derretimos la mantequilla y mezclamos con las galletas hasta
obtener una pasta consistente.
Preparamos el molde desmontable. A mi me gusta forrarlo con
papel de hornear, aunque no vaya al horno porque a la hora de abrir el molde
evito las roturas. El papel lo sujeto al molde con algo de mantequilla.
Paso 2:
Pongo en un cazo a calentar el queso con una tarrina de nata
y doy vueltas hasta que esté bien
deshecho. Espero y retiro del fuego cuando empieza a hervir, Añado el sobre de
gelatina y doy vueltas hasta conseguir que esté todo bien deshecho. Y dejo
enfriar, eso si sin dejar que cuaje.
Paso 3:
Monto las otras dos tarrinas de nata con la azúcar y reservo.
Paso 4:
Pongo a deshacer el chocolate con algo de mantequilla al baño María.
Paso 5:
Mezclo todos los ingredientes y vacio en el molde, y a la
nevera. Yo prefiero dejarlo hasta el día siguiente.
Paso 6:
Adorno con frutas y unos anises o fideos de chocolate (yo no
tenía) y cubro con la mermelada de fresa, y nuevamente a la nevera.
Unas horas antes de servirla, le quito con cuidado el molde.
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