jueves, 13 de septiembre de 2012

PROPÓSITOS Y DESPROPÓSITOS


Otra vez otra frontera, otra frontera artificial, de las que nos fijamos nosotros mismos para crear etapas y rellenarlas de contenidos y objetivos.
Parece que fue ayer cuando tímidos se acercaban hasta nosotros los primeros atisbos de calor, de verano, y cuando con la nula o escasa faena del verano aprovechamos para hacer un listón de cosas pendientes que a la vez de su función práctica nos ayuden a pasar el rato y entretenernos.
Pues bien, a vísperas de las fiestas del Cristo, con los niños en la escuela, el calor en el olvido y unos frescos mañaneros que para si querría diciembre, cruzamos la frontera del ya pasado verano y en el recuento vemos que nos han faltado horas y ganas o nos ha sobrado galbana. El caso es que la mitad de la lista sigue intacta.
Y lo peor, es que ahora toca preparar la lista de buenos propósitos para la nueva temporada.
Es hora de recuento. Y mientras uno recoloca el armario y lo prepara con las mangas largas y ropa de abrigo vemos que la mitad de la ropa de verano ni la hemos usado, que hemos hecho julio y agosto con chanclas y pantalón corto  enseñando nalga. Parece como si todo hubiese pasado raudo y veloz, sin darnos tiempo a saborear, pero el mundo últimamente es así, que a veces sin salir de Málaga nos adentramos en Malagón.
Y entre el miedo y la incertidumbre, y algo de rabia e indignación, nos dirigimos a un túnel que se ve  más que negro, donde nos se vislumbra salida, y además con la idea de que nadie sabe lo que hay que hacer o lo que va a pasar. ¡Ay quien maneja mi barca…!
¡Stop!, por que al menor atisbo de desesperanza me acuerdo de las frases de mi madre, ese “de todo se sale”, ese “no hay mal que cien años dure”, y ya está, ya estoy como nuevo, y si además no leo periódicos, no veo debates y cambio la tele por la radio y un buen libro, se ven las cosas de otra manera.
Lo único que lamento es no poder parar el mundo y apearme, que ya me gustaría.
Sigo añadiendo a la lista del verano cosas nuevas y a tirar de lista que nunca se acaba, y saboreo este septiembre que sabe a mosto, huele a uva, parece una cuesta (me río de enero), y a vivir que son dos días. 

No hay comentarios:

Publicar un comentario