Siempre en casa habíamos hecho las torrijas clásicas, las de siempre. Pero hace unos años coincidió que me sobró crema de hacer unos miguelitos y que además estábamos en Semana Santa, y se me ocurrió darle salida a la crema sobrante.
Así que en vez de partir rodajas generosas de pan, las partí finas, en torno a un centímetro. eso si, con barra de pan del día anterior.
Y siempre a la hora de comenzar las torrijas tres platos, uno para la leche, otro para batir el huevo y en el tercero azúcar con algo de canela mezclada.
Pero antes de ponerse manos a la obra, preparamos la crema pastelera con medio litro de leche, una cucharada de la sopa de mantequilla, tres yemas de huevo, 14 gramos de maizena, 100 gramos de azúcar y una cucharada de azúcar avainillada.
Y preparamos la crema poniendo en un cazo la leche, reservando medio vaso, la mantequilla la azúcar y la azúcar avainillada.
Antes de que empiece a hervir apartamos y dejamos templar.
En otro cazo ponemos las tres yemas de huevo y la maizena y el medio vaso de leche movemos con las varillas, añadiendo poco a poco la leche templada. Y a fuego bajo.
En apenas unos 7 u ocho minutos la crema espesa y la dejamos enfriar.
Y ahora cogemos rebanada de pan, ponemos encima crema pastelera al gusto y tapamos con otra rebanada.
Pasamos por leche, huevo y freímos en abundante aceite y pasamos por la azúcar mezclada con canela.
Yo las dejo enfriar, pero ocurrió aquella primera vez que salí a hacer unas cosas y a mi vuelta a casa quedaba una pequeña torrija de la punta de la barra, y de esta manera tuve la oportunidad de probarlas, por eso hoy me he adelantado y las he probado en caliente.. Buen provecho.
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