Hoy no tocaba madrugar mucho, y es que como dice mi madre “trasnochar
y madrugar no caben en un costal”. Por eso y por los pelos me entero a través
de Factbook que hay una visita guiada a las excavaciones del Castillo.
Y con el tiempo más que justo llego al punto de encuentro,
la plaza y allí dos chicas de la excavación esperándonos para guiarnos.
Nos encaminamos hacia el castillo, y nada más pasado el depósito
del agua llegamos a las excavaciones. Nos atiende Fátima con todas clases de
explicaciones y dominio de lo que se aprecia a primera vista le gusta y lo vive con entusiasmo, me parece a
mi.
Nos explica que la intención de la cata practicada no era
otra que documentar la muralla urbana de la puebla asociada al castillo.
Y pegada a esa cara exterior de la muralla aparece un
enterramiento cristiano.
Nos muestran los restos de cerámica encontrada, de tejas y
baldosas.
Fátima nos explica que es poco lo excavado y pronto para sacar conjeturas sobre esa
muralla y que queda mucho aún por trabajar, pero que ya hay materia para exponer con todo lo localizado.
Nos fijamos en una piedra muy labrada que podría ser la entrada, una puerta, les
despista el suelo.
Ahora en el día que falta y con la finalidad de proteger la
cata, procederán a cubrirla con geotextiles.
Nos atiende solícitos este grupo de jóvenes a todas nuestras
preguntas e interrogatorios.
Y nos vamos encantados, esperando esa nota de prensa de la
semana próxima y esa exposición de materiales encontrados.
En fin que nos ha sabido a poco y que esperamos con ansias
la pronta vuelta a las excavaciones
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