jueves, 22 de septiembre de 2011

PARA TERCO YO. PUES TORRIJAS

Hacia ya unos días que los hijos andaban flojos en eso de comer pan, y hoy sobra un poco, y mañana más y más.

Y la solución de rayar pan ya no es solución más que nada porque ya tenemos exceso de producción.

La solución ultimátum no tuvo éxito pues eso de lo que no os comáis ahora para la noche o mañana. Cada vez comen menos y podemos llegar a que ni lo caten.

Y yo tan terco, ¡Pues vaya si os lo vais a comer!. Madrugo y me pongo manos a la obra.

Corto el pan ya duro en rodajas y preparo tres platos en fila, en uno huevo batido, en otro leche y en otro azúcar. Pongo la sartén con aceite abundante y cuando está caliente, mojo las rebanadas de pan en la leche, las paso por el huevo, las frío, las paso por la azúcar, las pongo en la bandeja y tentado estoy de espolvorearlas con canela, pero no lo hago por si los chicos no las quieren, no me arriesgo.

Cuando aparecen por la cocina ya las tengo listas para comer. Una tras otra van cayendo, y como decía mi abuela “el que madrugó no las vio”. En un periquete la bandeja limpia par volver a repetir la acción.

¡Vaya que si se comieron el pan!

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