Hacia ya tiempo que las ganas de visitar Jamila y el Puente de Triviño eran más que evidentes, pero el destino hizo que a los Infanteños se les ocurriera hacer la jornada de puertas abiertas justo coincidiendo con la romería de mi pueblo. Y como claro estaba que ni en mi pueblo iban a cambiar la fecha de la romería, ni en Infantes la fecha de la visita, pues me dije: "de este año no pasa", así que tras una buena "trasnochá", que mejor que un madrugón y para la estación de autobuses de Infantes, donde nos recogió el bus con destino a los yacimientos. Estupenda visita guiada y con ganas de repetir, aunque uno siempre vuelve de esas cosas con el sabor agridulce de "tan nuestro y tan desconocido". No somos conscientes de nuestra riqueza patrimonial y de su gran potencial, pero en ello estamos.
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