lunes, 22 de agosto de 2011

VISITA AL CASTILLO DE TERRINCHES

Te enteras de que tras once años desde que se inició el proceso de restauración del Castillo de Terrinches, este abre sus puertas al público y lo hace convertido en un centro cultural, y referencia de la Orden de Santiago, y del Campo de Montiel, con el fin de dar a conocer su patrimonio arqueológico y cultural. Y Planeas una visita para un día de estos.

Pero la casualidad hace que te encuentres en Albaladejo, a tan sólo 3 kilómetros y decidas hacer la visita de manera inesperada y un poco apurada.

La impresión es tal, que cuando quieres plasmarlo en fotografías para el recuerdo, te das cuenta que no llevas la cámara. Plan B: el móvil “Batería baja”, y tras un “vaya tarde”, llega la luz, mejor así, mucho mejor, así vuelvo.


Y dicho y hecho, el sábado 20, 8 días después de la inauguración y aprovechando la visita de unos amigos, allá que nos presentamos, a resaborear el castillo, y las vistas majestuosas que se dominan desde lo alto del castillo-torreón, con las provincias Jaén y Albacete al fondo, que casi se tocan, la panorámica del pueblo y Albaladejo al fondo.

El castillo, en manos de un particular, fue adquirido por el Ayuntamiento en el año 2000, y han tenido que pasar 11 años y una inversión de 1,3 millones de euros para culminar esta restauración, dividida en varias actuaciones, donde se han incluido la realización de un estudio histórico-artístico de la torre de origen cristiano, una excavación arqueológica, la limpieza, consolidación y rehabilitación del edificio y la elaboración y ejecución de un proyecto museográfico.
El Castillo, construido en el siglo XIII, a base de cal y cantos de piedra caliza, se encuentra en lo más alto de la localidad, y su finalidad era servir de refugio y defensa para los vecinos del pueblo en caso de que hubiera un ataque musulmán, como así ocurrió en el año 1282 cuando sufrió un ataque del sultán de Marruecos Aben Yucef, que arrasó la zona, llegando a prender fuego a la torre sin conseguir la rendición de sus defensores.

Se trata de una fortaleza de planta cuadrada y con una superficie de 289 metros cuadrados, con una planta bajo usada como almacén, y una planta principal con tres ventanas al exterior y varias saeteras.

En los dos pisos se aprecian bóvedas de doble cañón apuntado que descansa sobre pilares de sillería.

La escalera de acceso a la primera planta empotrada en el muro oeste y la que da acceso a la terraza defensiva en la pared contraria.

Rodeando el Castillo, restos de muralla con torreones circulares, y debajo de la puerta de acceso el pozo de agua que se abastecía de un manantial cercano.

Una maravilla que no debemos perdernos, y una oportunidad para dar a conocer nuestro patrimonio cultural al exterior, y a nosotros mismos, que muchas veces no somos conscientes de lo que tenemos.









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