Los panecillos de San Blas y santa Agueda
Tan cerca, y a veces tan lejos. Curioso me resultó hace unos años conocer de la existencia de los panecillos de San Blas, y hace poco de los panecillos de Santa Agueda, que no dejan de ser lo mismo.
Los preparan en Carrizosa, y consisten en unos panes pequeños elaborados a base de harina, aceite de oliva, matalauva, agua y sal. La tasa utilizada es de un litro de aceite por cada 5 kg de harina, 250 gramos de matalauva, 65 gramos de sal y dos litros de agua.
Después de amasados y elaborados se llevan al horno a cocer.
Estos panes se suelen hacer por promesas después de alguna enfermedad de garganta, o de pecho.
El día 2 de Febrero se llevan a la iglesia para bendecir, y al día siguiente se reparten los panecillos de San Blas a todas aquellas personas que van a pedirlos a las casas. Y los de Santa Agueda les tocan el día 5 de febrero.
El día de la bendición la gente está pendiente en la iglesia de quien bendice los panes, para llegado el momento ir por las casas pidiéndolos, y sin estarse, pues se madruga y a veces a las 7 de la mañana ya hay gente llamando a la puerta a por su pan, que se entrega gratis.
Los panes llevan un relieve, y es que se utilizan una especie de sellos de madera, con una imagen del santo y dos anginas en la mano para San Blas y cruz y dos pechos para Santa Agueda.
La explicación de porque San Blas y Santa Agueda, es sencilla, ya que esta última fue martirizada y torturada, llegando incluso el senador Quintianus a mandar cortarles los pechos a Agueda de Catania allá por el año 250 por haberlo rechazado. Por todo ello se considera a la Santa protectora de las mujeres.
En cuanto a San Blas, se le invoca para remediar las enfermedades de garganta.
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