En la recta final de los preparativos de la comunión de Ana, este sábado pasado nos ha tocado viajar a Albacete, y el anterior fue Ciudad Real.
Nosotros que siempre hacíamos las compras importantes en Albacete, llevábamos un año sin visitar la ciudad, y la hemos encontrado muy cambiada, para bien.
No es malo salir de la monotonía y también supimos conjugar el deber con el ocio. Fue un día intenso.
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