Al compás del arremojate la tripa que ya llega el calor, y conforme se acerca el final de mayo, llegamos al final de los cursos de temporada.
El viernes 27 le tocó al grupo de Almedina, y lo cerramos como debe ser, con su café, su tarta, profiteroles y ese licorcillo casero de membrillo que de lo bien que entra, luego hasta marea como abuses.
El lunes 30, llegaba a su fin el curso de la Universidad Popular de Carrizosa, que parece que fue ayer ese 2 de Noviembre, y han transcurrido 7 intensos meses.
Y como no podía ser menos en cualquier clausura que se precie, lo celebramos con traguete, esta vez con vino de nueces receta de mi padre, canapés de un servidor y ese bizcocho amarillete (por los huevos de sus gallinas) de Mari.
Cerramos capítulo y apenas si nos atrevemos a hablar de futuro, del curso próximo, y es que todo es incertidumbre. Cambiamos de tema y tercio, nos adentramos en el verano, y tras la luz, volverán las noches tempranas, habran acabado las fiestas, habremos pintado o blanqueado y estaremos preparados para entrar en el otoño otra vez, y entonces ya veremos, mientras tanto disfrutemos del momento.
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