Si nos remontamos algunos años atrás, mi abuela por ejemplo los hacía con candial tostado. Dicen los mayores que esos son los antiguos testones.
En mi casa no hemos faltado ningún año a la cita. Al principio mi hijo se subía a una silla para ver la sartén, luego fue la hija la que hacía lo propio.
Este año hemos contado con la colaboración de los sobrinos, y lógicamente la cantidad a preparar ha sido mayor.
Es curioso pero en los pueblos cercanos a Montiel, salvo Villahermosa y Carrizosa, no se hacen los testones y tampoco se encuentra información sobre ellos en Internet.
Pero la casualidad quiso que allá por 1991 a camino entre La Habana y Trinidad, en una parada en el camino, me encontrara a un cubano vendiendo unas barritas de testones.
Y otra casualidad, ayer mismo en un supermercado de Valdepeñas donde se promocionaban productos griegos también estaba a la venta unas barras de almendras caramelizadas, o sea casi testones porque estas tenían las almendras enteras.
Nosotros los preparamos de la siguiente manera:
Después de cascar las almendras, las troceamos, y lo hacemos igual con las nueces y las castañas (se ponen algo más duros), aunque a veces no le ponemos las castañas.
En una sartén echamos azúcar y vamos dando vueltas con una cuchara de madera hasta que la azúcar se hace caramelo. Añadimos los frutos secos y damos vuelta hasta que se hace una masa.
Vertemos el contenido sobre una baldosa empapada en agua y los extendemos con la cuchara de madera, o también con una botella de cristal mojada en agua (a modo de rodillo).
Hay que dejar enfriar y listos para comer.
